Desde pequeño, siempre me he sentido atraído por las historias. Antes de convertirme en fotógrafo, las buscaba en los libros, en los rostros de la gente, en los detalles que otros pasaban por alto. Ahora, mi trabajo consiste en construir relatos visuales que no necesitan palabras para conmover. Durante más de diez años, he tenido el privilegio de acompañar a personas en los momentos más significativos de sus vidas: una boda llena de promesas, una comunión que marca el paso de la infancia a algo más grande, o un proyecto personal que refleja quiénes son.
Lo que hago no es simplemente tomar fotos, sino ayudarte a mirar hacia atrás y sentir que cada imagen resuena contigo, con tu historia. No me interesan los filtros ni los adornos innecesarios; quiero que al ver una fotografía, te reconozcas en ella, tal y como eres.