DOLORES

Las mujeres que nos precedieron

Es realmente un privilegio el poder tener la perspectiva que actualmente nos brinda la sociedad para evaluar cómo ha cambiado la vida y el papel de la mujer y el hombre en ella. Sin embargo, es difícil representar ese cambio desde la actualidad sin tener en cuenta que vivimos con personas que durante toda su vida no han tenido la facilidad de poder acceder a todo lo que a día de hoy nos parece imprescindible. Desde esa posición, personas como Dolores han disfrutado de la vida que tenían y que elegían hasta dónde se les dejaba. Este tipo de historias no es fácil representarlas y, sin embargo, Agustín con este trabajo consigue hablar del cambio, de la convivencia de lo nuevo y lo viejo, del recuerdo, de la vida, de las prioridades y de cómo han cambiado, de nuestros sitios y de cómo hemos llegado a ellos, sin necesidad de romanticismo alguno. Poniéndose enfrente y enseñando lo que existe. De lo que ya queda poco. En algunos casos para bien, en otros no tanto.

Agustín hace muy fácil ver cuáles son las prioridades de Dolores y las pone encima de la mesa para que nos demos cuenta de cómo ha cambiado la vida, el papel de la mujer y en dónde están las bases de todo ese recorrido que se ha hecho y se sigue haciendo por el feminismo.

Saca a la luz algo que todos tendemos a rechazar, esconder o evitar, pero que, de una forma u otra, acaba alcanzándonos. Esa soledad que se ampara en el recuerdo, en una casa que traspasa vivencias y experiencias. Una soledad que a la vez es un orgullo de vida. Una soledad que se transforma en añoranza y recuerdos. En el recorrido por este trabajo se nota la soledad, pero a la vez se nota la aceptación de ella, la alegría de saber que se ha vivido. Y se nota la cercanía para poder acceder a ese lugar tan personal como son los recuerdos y las experiencias de vida. De haber entrado hasta la cocina y notar la comodidad en lo que sucede y pasa, y que lo que pase sea a la vez todo eso. Una puesta encima de la mesa de las mujeres que ya no son pero que sí son parte de todos, de lo que hemos evolucionado y de lo que hemos cambiado.

Ricardo Espiau

https://ricardoespiau.es/

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El proyecto

Este proyecto es un retrato de la mujer española, que ha vivido una época de cambios radicales en la historia y en la sociedad. A través de la figura de Dolores, una mujer que nació en plena Guerra Civil y que ha dedicado su vida a su familia, se palpa el contraste entre el pasado y el presente. Ahora, ya con su deber cumplido, experimenta una soledad que es a la vez consecuencia y elección, anclada a sus tradiciones y enseres, con un ritmo disonante al que se vive hoy en día.

Aspectos técnicos

Para la realización del proyecto se usaron tres técnicas fotográficas:

La fotografía analógica de gran formato. El uso de una cámara de placas de 4x5" me permitió no solo obtener fotografías de una calidad superior, sino adaptarme a un método tradicional, más pausado, que se ajustaba perfectamente al tema tratado. La cámara analógica utilizada fue una Linhof Kardan Master con un objetivo Copal Schneider 150mm f/5.6, con la que se tomaron fotografías en placas ILFORD FP4 125 en blanco y negro. Éstas fueron reveladas en la Escuela de Arte de Sevilla siguiendo el método manual tradicional, para ser posteriormente escaneadas a muy alta resolución y almacenadas en archivos digitales.
La fotografía digital. Por su indiscutible número de ventajas frente a la fotografía analógica, aunque se denueste parte de la calidad de la anterior. Para estas fotografías se usaron dos cámaras Nikon, la D780 de formato completo y la D7100 APS-C, con diferentes objetivos: Tamron 24-70mm f/2.8, Tamron 70-200mm f/2.8 y Nikkor 50mm f/1.8.
El apropiacionismo. Que consiste en usar fotografías que no son propias del autor y modificarlas de alguna forma haciéndolas tener un significado distinto o crítico al que tenían originalmente. En este proyecto, se usaron fotografías de álbumes familiares de Dolores.